Conocer bien la piel es fundamental para cuidarla correctamente. Y es que dependiendo del tipo de piel deberás optar por unos ingredientes u otros a la hora de hacer tus cosméticos. Además cada piel necesita de unos cuidados específicos, tal y como podrás comprobar a continuación.

Para profundizar más en el tema y despejar todas nuestras dudas contamos con la colaboración de la doctora Yurquina, experta en medicina anti envejecimiento y diplomada en medicina Ortomolecular y nutrigenómica. ¡Sigue leyendo y descubre todo acerca de la piel y sus cuidados!

Antes de comenzar a hacer tus productos de cosmética es importante saber cómo funciona la piel, cómo absorbe los activos y sobre todo debes reconocer qué tipo de piel tienes para así poder escoger los ingredientes que mejor se adecúen a sus características y necesidades.

En la tienda online de Gran Velada encontrarás materias primas de calidad para tus elaboraciones caseras. Tienes a tu alcance un completo catálogo de ingredientes con los que podrás hacer tus cosméticos a la carta. Además en el blog Hacer Cremas descubrirás decenas de recetas y tutoriales paso a paso para que te resulte muy sencillo preparar tus formulaciones.

La doctora Yurquina responde a estas y otras cuestiones fundamentales, como cuál es el pH adecuado de los cosméticos o qué activos debes usar según tu tipo de piel. No pierdas detalle porque te resultará de lo más interesante. ¡Entramos en materia!

¿Qué es la piel?

La piel es la cubierta externa del cuerpo humano y uno de los órganos más importantes, tanto por su tamaño como por sus funciones. Separa el organismo del medio ambiente externo y, al mismo tiempo, permite su comunicación con él.

Es una envoltura completa, sin grandes saltos en su estructura, ya que en las regiones donde se encuentran los orificios naturales del organismo, la piel se transforma paulatinamente en una mucosa.

Su grosor varía según la localización. Tiene la máxima delgadez en los párpados y el mayor grosor en la planta de los pies y palmas de las manos.

La piel refleja distintos aspectos de la salud general, especialmente la dieta y el estilo de vida. La exposición al sol, al viento y a la humedad puede causarle problemas como erupciones, manchas, llagas y eccemas si no se mantiene en buen estado.

También es útil comprender los factores biológicos y ambientales relacionados con el envejecimiento cutáneo para aportar los ingredientes necesarios para la regeneración y la protección de la piel.

Pocas partes del cuerpo se regeneran tan rápido como la piel. ¿Sabías que la capa externa de la epidermis se renueva completamente cada mes, a una velocidad de 30.000 células escamosas muertas por minuto?

Capas de la piel

Estructura de la piel

Su estructura tiene 3 capas:

Hipodermis

Es la capa más profunda. Se trata de un tejido laxo que fija la piel a los planos más profundos por donde pasan vasos sanguíneos y nervios. En esta capa se encuentran la raíz del pelo o folículo piloso y las glándulas sudoríparas.

Su espesor es variable según su localización, peso, edad y sexo. Está formada por tejido adiposo, es decir el tejido celular subcutáneo, almacena energía, sirve de aislante térmico y protege frente a los golpes.

Dermis

Es una estructura fibro-elástica que se asienta en la hipodermis. Tiene 2 capas: la papilar, que es la más superficial; y la reticular que es la más profunda. Ambas tienen fibroblastos y fabrican fibras.

La capa más superficial (papilar) tiene las fibras ordenadas en forma paralela y es una estructura organizada. También se encuentran en ella macrófagos y mastocitos, que son células de defensa, las terminaciones nerviosas y los capilares sanguíneos.

La dermis está formada por fibras de colágeno que le dan firmeza. Son el 75% de las fibras totales, las cuales fabrican a su vez fibroblastos. ¿Su función? Otorgan elasticidad a la piel y ayudan a que esté más tersa y firme.

Todas las fibras están rodeadas por una sustancia gelatinosa que llena los espacios entre las fibras y las células. Es conocida como sustancia fundamental y en ella encontramos agua, electrolitos, proteínas, mucopolisacáridos y glicosaminoglicanos (ácido hialuronico). Estos últimos retienen gran cantidad de agua por lo que desempeñan un papel importante en el equilibrio del agua y de electrolitos en la piel.

Epidermis

Es la capa más externa y la que aglutina más células llamadas queratinocitos. Su principal misión es fabricar queratina, que le da a la piel resistencia y protección frente al ambiente en el que vivimos.

No tiene vasos sanguíneos y se nutre de lo que llega de la dermis por difusión, lo cual facilita el paso de moléculas desde el interior al exterior y viceversa. Absorbemos agua y sustancias desde la epidermis a los vasos linfáticos de la hipodermis y de aquí al organismo. Así es como la piel absorbe los principios activos que añadimos en nuestras formulaciones. Además hay que tener en cuenta que la absorción de los activos depende de varios factores como la edad, el tipo de piel, su integridad o el tipo de sustancia que entra en contacto con ella.

Capas de la epidermis

La epidermis tiene a su vez 5 capas:

  1. Basal: es la más profunda. Tiene células que van a ir desplazándose hacia la superficie para producir descamación. También hay melanocitos que son los encargados del color de la piel y que se estimulan con el sol.
  2. Estrato espinoso
  3. Estrato granuloso: las células de esta capa tienen una forma romboidal que sintetiza y se llena de queratina, lo que da resistencia y elasticidad a la piel. Hasta esta capa hay un 70% de agua. Las células del estrato granuloso están rodeadas por lípidos que las mantienen unidas y que regulan la salida de agua. Las personas con déficit de estas uniones pierden continuamente agua por eso su piel es seca y resulta difícil de hidratar con lípidos oclusivos.
  4. Estrato lúcido
  5. Estrato córneo: es la capa más superficial y está formada por queratinocitos endurecidos. Son células muertas apiladas unas sobre otras (de 20 a 30 capas de células muertas) que se desprenden regularmente en un proceso conocido como descamación. El tiempo en el que se produce la descamación de esta capa es de 28 días.

Queratinocitos y corneocitos

Estas capas no son más que diferentes aspectos de una misma célula: el queratinocito, que de un proceso madurativo ascendente se va diferenciando y adquiere formas distintas hasta llegar a la capa córnea.

Los queratinocitos son las células predominantes de la epidermis. En concreto, representan alrededor del 80% de las células epidérmicas. Su principal función es producir queratina y, además se encargan de sintetizar la vitamina D3.

Existen otros tipos de células como los melanocitos, que se encargan de la síntesis de melanina; las células de Langerhans, que forman parte del sistema inmunológico; y las células de Merkel, que son células sensoriales.

Celulas de la epidermis

Cuando los queratinocitos progresan a través de la epidermis, se transforman en corneocitos, una célula muerta que se rompe y libera grasa, hidratos de carbono, aminoácidos, ácido úrico, urea y minerales.

La grasa forma parte del manto cutáneo que derivan de los fosfolípidos y ceramidas. También hay ácidos grasos libres de cadena larga, como el colesterol que es hidrofílico y, por lo tanto, se encarga de la hidratación de la capa córnea y la cohesión celular.

El corneocito tiene lípidos en vesículas aplanadas que están formadas por un 50% de ceramidas, un 25% de colesterol y el resto de ácidos grasos libres y enzimas antimicrobianas. Por eso en nuestras fórmulas no deben faltar estos ingredientes para mantener la piel sana.

Funciones de la piel

Su función principal es la protección, además tiene terminaciones nerviosas que nos permiten interactuar con el medio externo e incluso manifestar nuestras emociones.

La piel sana es una barrera protectora frente a agresiones mecánicas, químicas, tóxicos, calor, frío, radiaciones ultravioleta y microorganismos patógenos.

Además, la piel es esencial para mantener en equilibrio los fluidos corporales, actuando como barrera ante la posible pérdida de agua (pérdida transcutánea de agua). También participa en el mantenimiento del equilibrio térmico y la trasmisión de una gran cantidad de información externa que accede al organismo por el tacto, la presión, la temperatura y los receptores del dolor.

Funciones de la piel

Barrera de permeabilidad: La forma la capa córnea y la grasa que producen las glándulas sebáceas. Es una barrera frente al agua y a sales disueltas en ella.

Barrera antimicrobiana: Está formada por una barrera física de queratinocitos fuertemente unidos por uniones intercelulares y protege frente a bacterias, hongos y virus. Esta barrera se refuerza por el agua emulsionada del estrato córneo que contiene sustancias ácidas que mantienen el pH de la piel entre 4 y 6.

Los lípidos protegen contra la desecación, contra los patógenos y la contaminación.

Por ejemplo, la glicerina es un potente hidratante. Los ácidos grasos libres acidifican la epidermis y llevan a un pH entre 4,5 y 6 que brinda protección. La transformación de colesterol sulfato a colesterol regula el proceso de descamación. Los lípidos están en capas continuas que impermeabilizan la piel y limitan el paso de agua de adentro hacia afuera y viceversa.

El pH de la piel

El valor del pH indica el nivel de acidez o alcalinidad de una solución. Solo las soluciones acuosas tienen pH, no así los aceites. Toda solución con un pH por debajo de 7 es ácida, y por encima es alcalina.

¿Cuál es el pH ideal de la piel? Oscila entre 4 y 7. De hecho, se ha demostrado que la piel con un pH menor de 5 está en mejores condiciones en cuanto a hidratación y composición de la flora bacteriana. Por el contrario, un pH elevado, es decir alcalino, activa la descamación y compromete la integridad y la cohesión de las células del estrato córneo.

¿Y el pH del pelo? Para que brille lo habitual es que esté entre 4,5 y 5,5 y el pH mayor a 7 se da en cabellos apagados.

Mantener un pH adecuado es fundamental, ya que va a proteger la piel frente a infecciones y al estrés ambiental. Una protección que se consigue gracias al manto ácido. Este manto se compone de ácidos grasos libres que provienen de las glándulas sebáceas que mezclan el ácido láctico y los aminoácidos del sudor para crear el pH de la piel, que idealmente es ácido.

¿Cuál es su función? Protege la piel contra virus, hongos, bacterias y parásitos y frente a factores ambientales agresivos como el smoke. Además la mantiene flexible y suave, retiene la humedad y conserva la flora bacteriana de la piel.

También contribuye a mantener el equilibrio de la barrera de permeabilidad epidérmica. Para ello crea una barrera tensa y semipermeable al paso del agua. Las enzimas responsables de formar ceramidas cutáneas necesitan un pH alrededor de 5 para cumplir su función.

La alteración del manto ácido puede tener efectos adversos: inflamación, dermatitis atópica, piel deshidratada, seca, sensible, acné o foliculitis.

Factores que influyen en el pH de la piel

Productos como el tabaco, el viento, el agua, la sal, los contaminantes o la alimentación pueden contribuir a la descomposición del manto ácido, lo que altera la protección. La oclusión excesiva, limpiadores fuertes o agua con alto contenido de minerales son otros factores que también influyen.

Cuanto mayor sea el pH del producto utilizado mayor será la alteración del manto ácido.

Un pH alcalino produce sequedad y pérdida de hidratación, lo que puede derivar en eccemas y signos de envejecimiento. Mientras, la piel ácida produce enrojecimiento e inflamación.

Otro factor que alcaliniza la piel es la exposición solar, además la dieta juega un papel importante. Por ejemplo, los alimentos que se consideran ácidos en el organismo se trasforman en alcalinos y viceversa.

Con la edad se va alterando el pH y se vuelve más alcalino, quedando la piel expuesta a trastornos que van desde arrugas a manchas. La piel moderadamente envejecida (mayores de 55 años) también adolece de la barrera de permeabilidad.

Los hombres jóvenes muestran una mayor hidratación de la piel que las mujeres de la misma edad. Además la producción de sebo en hombres siempre es mayor que en mujeres y se mantiene a lo largo de la vida, lo que en el sexo femenino va disminuyendo progresivamente con la edad. Por lo tanto el pH del hombre siempre es menor que en la mujer.

El pH de los cosméticos

Lo adecuado es usar productos que tengan un pH entre 4,5 y 6 para que la piel pueda ajustarse rápidamente.

Además es importante tener en cuenta estas recomendaciones:

  • Los limpiadores ácidos son menos irritantes que los alcalinos, por eso las personas propensas a la sequedad deberían usar productos de limpieza ácidos.
  • En caso de pieles sensibles y de personas proclives a sufrir irritaciones, se aconseja utilizar productos con un pH ligeramente ácido o neutro y tensioactivos no iónicos.
  • Los jabones dermatológicos con un pH ácido se utilizan para personas con casos de acné, piel atópica, dermatitis irritativas…
  • En el caso del champú lo ideal es que el pH esté entre 3,5 y 7. Cuando son alcalinos encrespan el pelo y abren la cutícula del mismo. Su uso prolongado destruye la estructura del pelo. Mientras, el champú ácido fortalece el pelo y evita el fizz. En estas condiciones el pelo luce brillante y suave.

¿Cómo medir el pH?

Hay tiras reactivas que están impregnadas con sustancias químicas que dan diferentes tonalidades al papel dependiendo del pH de la sustancia que queramos medir.

Para medir el pH hay que humedecer ligeramente la tira de papel con el producto y se debe comparar el resultado con la escala de colores. Los valores ácidos son tonos rojos, naranjas… y los valores alcalinos son los colores más fríos como el azul y el verde.

Otra forma de medir el pH es mediante un pH-metro, un aparato que detecta con precisión el pH y la temperatura del compuesto en cuestión. Ambas mediciones se muestran simultáneamente.

¿Cómo ajustar el pH?

Para subir el pH de una solución se puede utilizar bicarbonato al 20%, hidróxido sódico o hidróxido potásico.

A la hora de bajar el pH se puede usar ácido cítrico o láctico

Hay que agregar gota a gota hasta lograr el pH deseado.

Tipos de piel

Según la epidermis, la piel es gruesa (tosca, poros dilatados, color amarillento) o delgada (capa córnea fina, color rosa, traslúcida).

Teniendo en cuenta la dermis, la piel puede ser tónica (tensa y elástica, característica de los jóvenes) o flácida (pierde elasticidad, se somete a deformaciones, tiene pocas fibras de colágeno y elastina)

Según las secreciones, la piel puede ser seca, normal o grasa

¡Conozcamos las características de cada una de ellas y cómo cuidarlas!

Piel normal

Piel normal

Se caracteriza por un color rosado uniforme, típico de pieles jóvenes. Es suave, delgada, sin arrugas, bien hidratada, poros pequeños y cerrados, sin brillos, lubricada y humedecida. Tiene buena tolerancia a los jabones, se broncea sin dificultad y resiste los cambios de temperaturas.

Esta piel acepta bien cualquier tipo de cosmético, así que se pueden seleccionar los ingredientes según el clima al que esté expuesta. Eso sí, siempre se aconsejan productos que ayuden mantener la hidratación y la nutrición.

Piel grasa

Tiene una mayor actividad de las glándulas sebáceas y hay varios tipos:

  • Seborreica
  • Deshidratada: secreción sebácea normal pero deshidratada. La causa más frecuente es que no llega suficiente agua desde las capas profundas de la piel o no puede retenerse el agua por falta de sustancias lipídicas.
  • Asfíctica: por utilización errónea de productos cosméticos.

La piel grasa se caracteriza por ser gruesa, untuosa, húmeda, poros dilatados, aparición de granitos y por tener resistencia a la acción de agentes externos.

¿Qué necesita una piel grasa? El principal objetivo de los cosméticos es reducir la cantidad de sebo y estabilizar los microorganismos que pueden infectar los poros y causar pústulas (granos).

Para cuidar esta piel se recomienda usar limpiadores grasos para el sebo o tensioactivos pocos agresivos.

En el caso de los cosméticos, se pueden usar aceites vegetales ricos en ácidos grasos poliinsaturados, como el de jojoba, uva, borraja, macadamia, coco o babasú. Estos aceites se absorben rápido sin dejar sensación grasa. También se recomienda la manteca de mango.

Además se pueden agregar a las formulaciones esteres ácidos como miristato de isopropilo, que se mezcla con facilidad con los aceites vegetales y da la sensación de piel un poco más seca.

También se aconseja el uso de exfoliantes, ya que ayudan a eliminar las células muertas que pueden quedar adheridas a la capa de sebo que cubre la piel.

Piel grasa

Tensioactivos para piel grasa:

Activos para piel grasa:

A la hora de decantarte por los activos para piel grasa debes fijarte en que tengan las siguientes propiedades:

¿Qué activos se pueden usar a la hora de formular cosméticos para pieles grasas?

  • Aceites esenciales: limón, alcanfor, cedro, petitgrain, salvia, romero.
  • Alantoína: calmante, reepitelizante, cicatrizante, astringente y queratolitica.
  • Azufre bio: normaliza la secreción excesiva de sebo, se utiliza para el tratamiento de acné, dermatitis seborreica y caspa. Tiene acción antiséptica, queratolitica y parasiticida.
  • Cafeína: lipolítica, reafirmante, elimina células muertas, disminuye bolsas y ojeras y frena la caída del pelo.

Piel acnéica

El acné es una inflamación que se da sobre todo durante la adolescencia y que aparece en diferentes localizaciones. Se desarrolla en el folículo pilo sebáceo por un exceso del funcionamiento de la glándula que se infecta y forma pápulas y pústulas.

Las células de la parte inferior del pelo se queratinizan tapando el conducto e impiden la salida del sebo al exterior. Cuando el cuerpo no logra expulsar el contenido se forma el punto blanco o comedón cerrado. Si logra salir se forma el punto negro o comedón abierto. Si no se da nada de esto se produce una inflamación e infección del conducto con la consiguiente aparición de nódulos o quistes dolorosos profundizando la infección.

Hay factores que determinan su evolución: alimentación, higiene, factores hormonales, estrés…

Piel acneica

Lo que necesita la piel acnéica

El tratamiento es igual al de la piel grasa, insistiendo en ingredientes antibacterianos (aceites esenciales) y antiinflamatorios (aloe vera, extracto de manzanilla, salvia, caléndula).

Además, es importante seguir estas pautas:

El tratamiento contempla la acción local para controlar la infección y la inflamación, el drenaje linfático de la zona y la desintoxicación del organismo.

Ingredientes para el tratamiento del acné

El objetivo es desinfectar y cicatrizar la piel a la vez que se lucha contra la seborrea. A continuación te dejamos un listado de ingredientes que se convertirán en grandes aliados para tratar el acné:

  1. Desinfectantes: aceite esencial de árbol de té, tomillo, palmarosa, geranio o petitgrain.
  2. Antiinflamatorios: aceite esencial de limón, eucalipto o lavanda.
  3. Antiseborréicos: aceite esencial de bergamota, salvia, romero, cedro o limón.
  4. Cicatrizantes y astringentes: aceite esencial de cedro, ciprés, geranio, enebro, limón o palo de rosa.
  5. Reequilibrantes: aceite esencial de geranio, palo de rosa yo palmarosa.
  6. Aceites vegetales no comedogénicos: avellana, jojoba o rosa mosqueta.
  7. Extractos de plantas: fucus, ortiga blanca, centella asiática o árnica.
  8. Plantas: rosa, hamamelis, castañas de indias, ciprés o salvia.
  9. Polvos absorbentes: arcilla bentonita, roja, verde o talco.

Activos para piel acnéica

  • Alantoína: calmante, reepitelizante, cicatrizante, astringente, ayuda a eliminar células muertas.
  • Azufre bio: tiene acción antiséptica, parasiticida, queratolitica suave, normaliza la secreción sebácea, se utiliza en pieles grasas comedones, acné, dermatitis y caspa.

Piel madura

Piel seca

Aparece al disminuir el contenido de agua del estrato córneo y se caracteriza por presentar asperezas, descamación, pérdida de flexibilidad y de elasticidad, grietas e hiperqueratosis.

¿Por qué se produce la pérdida de agua? Estas son las principales causas:

  • Disminución de la secreción pilo sebácea y deshidratación de la capa córnea que altera la función de barrera.
  • Falta de moléculas hidroscópicas, como la filagrina, que forman el factor de hidratación natural de los corneocitos.
  • Falta de lípidos que forman la membrana y la sustancia cementante de los corneocitos.
  • Enfermedades cutáneas como ictiosis, psoriasis, xerosis o dermatitis seca.
  • Agentes externos: calor intenso y persistente, frío excesivo, radiación UV, uso excesivo de detergentes y productos alcalinos.

La piel seca se caracteriza por ser áspera, gruesa, rugosa al tacto, con descamación anormal. Puede haber síntomas que la acompañan como el prurito, frecuente en ancianos o en casos de dermatitis atópica.

Dentro de las pieles secas ocasionales o temporales tenemos las pieles secas alipídicas y las deshidratadas.

Pieles secas alipídicas

Se caracteriza por la disminución de lípidos en la secreción sebácea y produce deshidratación de la capa córnea.

Tiene aspecto de color blanco rosado, espesor fino, color mate marchito y poros cerrados imperceptibles a la vista. Es una piel que se descama, tiene tendencia a las arrugas y no resiste los cambios climáticos. Además, pierda la elasticidad y pueden aparecer rojeces.

Piel seca deshidratada

Hay falta de agua en el estrato córneo y se caracteriza por un aspecto áspero y la sensación de tirantez. Es una piel fina, de color mate opaco y sin brillo. Tiene gran tendencia a las arrugas y a que se infecten los poros. Además, no se broncea y se descama fácilmente. Se adapta mal a los cambios climáticos y es una piel sensible que se irrita con facilidad.

Piel seca

Lo que la piel seca necesita

Hay que apostar por cosméticos que ayuden a restaurar la barrera lipídica y el factor de hidratación natural. Además, debemos protegerla de factores externos que la resequen.

A la hora de hacer tus productos debes incluir ingredientes como:

Activos para la piel seca

  • Vitaminas: son importantes para cuidar la piel seca y puedes usar:
  • Extractos hidrosolubles: contienen oligoelementos que mejoran el metabolismo celular, estimulan la circulación periférica y regeneran la dermis. Los más recomendados son: avena, fucus, manzanilla, aloe vera, pepino, hiedra y tilo.
  • Hidrolatos: manzanilla, azahar, rosas y lavanda.
  • Ceramidas: reparan la barrera lipídica de la piel seca agrietada y equilibran la hidratación natural. Además, fijan el agua a la epidermis, disminuyen la aspereza de la piel, aumentan la hidratación a largo plazo y protegen la piel.
  • Colágeno marino: mejora la retención de agua y aumenta la elasticidad, suavidad y flexibilidad de la piel. Destaca por su acción antiage, ya que protege las células contra el daño de los radicales libres.
  • Elastina: efecto protector, nutritivo, regenerativo e hidratante.
  • Proteínas de seda: tiene propiedades hidratantes y protectoras contra la deshidratación de la piel y el cabello. Se recomienda su uso en pieles secas y envejecidas prematuramente.
La piel sensible

Piel sensible

Esta piel tiene una reacción exagerada frente a los mismos estímulos que podría tener una piel normal sin producirle ningún síntoma como enrojecimiento o picor. Es una piel clara con rojeces difusas y patologías como acné o dermatitis atópica.

En el estrato córneo aparecen una serie de cambios como, eliminación de lípidos, de sustancias celulares y agua; desnaturalización de proteínas; descamación excesiva; o modificaciones en el grosor de la capa.

Estos cambios originan la pérdida de la función de barrera y disminuyen la resistencia a la penetración de microorganismos o sustancias externas. Esta piel suele perder elasticidad y dar lugar a fisuras o grietas, se descama con facilidad ante sustancias agresivas o irritantes y aumenta la posibilidad de reacciones alérgicas.

Lo que tiene que evitar una piel sensible

Lo primero que se debe eliminar de todas las fórmulas son los tensioactivos iónicos y las sustancias vasodilatadoras. Además es recomendable evitar los aceites esenciales y  los extractos de plantas elaborados a partir de especias picantes.

Tampoco se aconseja añadir a las formulaciones ingredientes como la urea y la vitamina C y los que tengan ácido cinámico.

¿Qué necesita la piel sensible?

Es importante usar emolientes poco grasos, como los aceites y mantecas con ácidos grasos poliinsaturados que tienen propiedades antiinflamatorias. Es el caso de los siguientes aceites:

También se pueden utilizar humectantes como el ácido hialuronico y la glicerina y plantas antiinflamatorias como manzanilla, caléndula, llantén o malva.

En la piel sensible es muy importante ajustar el pH de los preparados que hagamos entre 4,5 y 5,5.

Los tensioactivos no iónicos son los más apropiados para elaborar emulsiones para piel sensible.

En pieles sensibles es muy difícil poder averiguar qué activo produce la irritación, por eso lo mejor es utilizar ingredientes suaves que sean antiinflamatorios y calmantes. Algunos de ellos son:

Baba de caracol: regenera la piel, por lo que se usa en quemaduras, heridas, exposición prolongada a rayos UV y pieles castigadas. Reduce arrugas, marcas y estrías.

Ceramidas: restauran la barrera lipídica de la piel seca y agrietada, reequilibran la hidratación natural y fijan el agua a la epidermis para disminuir las asperezas. Además, aumenta la hidratación a largo plazo y protege la piel de agresiones externas.

Piel rosácea

La rosácea es la inflamación crónica de la piel. Se caracteriza por enrojecimiento en etapas tempranas, bultos, brotes y vasos sanguíneos visibles en etapas más avanzadas de la enfermedad. Se relaciona con el estrés de origen emocional y los cambios bruscos de temperatura.

La piel rosácea afecta principalmente a mujeres mayores de 30 años. Normalmente se localiza en mejillas, alas de la nariz, barbilla o mentón y frente. En algunos casos la rosácea se puede apreciar también en cuello, pecho, cuero cabelludo y orejas.

El enrojecimiento se va y viene dependiendo del estado emocional del paciente y, con el tiempo, puede volverse más oscuro e incluso violáceo y no desaparece. En algunos casos la piel de la nariz puede inflamarse y abultarse, algo más frecuente en hombres.

Hay otros síntomas secundarios, como irritación, inflamación, piel seca con escamas, hinchazón y grandes inflamaciones

¿Qué factores pueden agravar la rosácea? El alcohol, la comida picante y especiada, cambios hormonales, productos irritantes, el estrés, medicamentos vasodilatadores, el agua caliente, los rayos del sol o el frío intenso.

Lo que necesita la piel con rosácea

Al desconocer con exactitud la causa no se puede tratar el origen pero con nuestras formulaciones caseras sí que podemos controlar los síntomas y reducir la irritación y el enrojecimiento. Para ello se recomienda utilizar ingredientes con propiedades vasoconstrictoras y antiinflamatorias.

Si le afecta especialmente el sol, podemos utilizar formulaciones antioxidantes elaboradas con vitamina E.

Para pieles grasas o acnéicas se pueden añadir extractos de plantas con acción astringente y antiinflamatoria.

Si la rosácea se da con piel seca tendremos que usar aceites y mantecas como albaricoque, oliva, almendras, manteca de cacao o karité.

Activos para la piel con rosácea

  • Alantoína: tiene acción calmante, reepitelizante, cicatrizante, astringente, anti irritante, hidratante, antiinflamatoria y queratolitica.
  • Pantenol (provitamina B5): acción cicatrizante, antiseborreica y reguladora del folículo piloso. Favorece la regeneración cutánea y destaca por su acción hidratante y humectante.
  • Proteínas de seda: tiene propiedades hidratantes y ayuda a proteger la piel.
  • Vitamina E: es antioxidante y se potencia cuando se asocia con la vitamina C en proporción 1:5. Tiene capacidad para prevenir eritemas solares, actúa hidratando la piel y mejora el aspecto de las arrugas y la sequedad.

Piel con arrugas

Las arrugas en la piel son consecuencia del envejecimiento, el efecto de la gravedad y la expresión facial. Además existen factores agravantes como la exposición solar, la falta de descanso, enfermedades metabólicas y hormonales o el tabaquismo.

En la epidermis, las capas córneas superficiales se desprenden con mayor lentitud porque se altera el factor de hidratación natural y de los lípidos epidérmicos. Esto influye negativamente en su capacidad para retener el agua.

A nivel dérmico se ralentiza el metabolismo de los fibroblastos que no fabrican la cantidad necesaria de fibras de colágeno y elastina para mantener la firmeza e hidratación dérmica.

En la dermis se afina la unión dermo epidérmica que se hace más plana y con menos vasos sanguíneos, lo que produce un aspecto menos rosado y más amarillento. Los capilares se dilatan y ocasionan pigmentación en la superficie de la piel que da al cutis un aspecto irregular.

Mientras, la falta de tonicidad en la hipodermis y la atrofia muscular permite la aparición de flacidez facial.

Lo que necesita la piel con arrugas

Se debe proteger e hidratar y, además, los productos para pieles maduras deben aportar los lípidos que faltan, estimular la circulación, nutrir y revitalizar la piel. Para conseguirlo se recomienda añadir a las formulaciones ingredientes:

Humectantes

Aceites esenciales

Estimulan la circulación periférica y el sistema linfático. Hay que apostar por los bioestimulantes, como anís, hinojo, geranio, salvia, palo de rosa, palmarosa, ciprés, lavanda, neroli o ylang-ylang.

Extractos de plantas

Algunos de los más recomendados para pieles con arrugas son: ginseng, equiseto, fucus, salvia, tomillo, ginkgo biloba, centella asiática, romero, tilo, hamamelis, castaño de indias o árnica.

Aceites vegetales

Hay que optar por aceites vegetales ricos en ácidos grasos esenciales, vitaminas y fosfolípidos como rosa mosqueta, jojoba, argán, germen de trigo y borraja.

También son una buena opción los que tienen la capacidad de filtrar la radiación ultravioleta y estimular el bronceado como sésamo, zanahoria, coco y manteca de karité.

Piel con arrugas

Vitaminas

Te recomendamos apostar por aquellas que tienen propiedades antioxidantes y regeneradoras. Es el caso de:

Activos para pieles maduras

Alfa hidroxiácidos: consiguen una reducción gradual de las arrugas y una notable mejora del aspecto de la piel. Su mayor eficacia corresponde al pH 3 y pueden producir irritación.

Oligoelementos: son imprescindibles para el normal funcionamiento de las enzimas que neutralizan los radicales libres. Algunos de los más habituales son:

  • Coenzima Q10: es un antioxidante que previene la oxidación lipídica de la piel, reduce notablemente el aspecto de piel envejecida y mejora la elasticidad. Se utiliza para hacer productos antiage, reafirmantes y regeneradores.
  • Baba de caracol: regenera la piel, de ahí que se recomiende su uso para tratar heridas, quemaduras, pieles lesionadas por los rayos UV, estrías y pieles con celulitis.
  • Ceramidas: restaura la barrera lipídica de la piel seca y agrietada y reequilibra la hidratación. Las ceramidas fijan el agua a la epidermis y disminuyen las asperezas a largo plazo.
  • Elastina: penetra fácilmente en la piel otorgando nutrición, además regenera e hidrata.
  • Proteínas de seda: hidratante y protectora ante la deshidratación de la piel. Se recomienda en pieles secas y envejecidas prematuramente y se usa para elaborar cremas antiarrugas y contorno de ojos.
  • Colágeno marino: mejora la retención de agua aumentando su elasticidad, suavidad y flexibilidad. Es un potente antiarrugas que protege las células contra el daño de los radicales libres.
La piel flacida

Piel flácida

Se produce por la pérdida del tono de la piel como consecuencia de la disminución de las fibras de colágeno y la elastina, que son las encargadas de otorgar firmeza y elasticidad.

En una piel joven estas fibras se encuentran organizadas, retienen el agua y hacen que la piel tenga turgencia y elasticidad. Con el paso del tiempo estas fibras se alteran y se manifiesta la flacidez. También existen situaciones como la obesidad y el embarazo que provocan el deterioro de dichas fibras.

Los cambios morfológicos en una piel flácida son:

  • Las fibras de colágeno se reducen en calidad y cantidad, ya que los fibroblastos disminuyen su síntesis.
  • Los glicosaminoglicanos están en menor cantidad, de ahí que se reduzca la capacidad de retener agua, dando lugar a una piel seca.
  • Las fibras de elastina disminuyen, pierden su formato helicoidal y se reduce la elasticidad.

En el interior disminuye la sustancia fundamental que provoca una pérdida importante entre las conexiones de la epidermis con la dermis y produce la flacidez. Este es un síntoma de las pieles envejecidas, además se da después de un adelgazamiento brusco, sobre todo en el abdomen, y en los pechos después de la lactancia.

Lo que necesita la piel flácida

Aunque las fibras de colágeno y de elastina están en la hipodermis (la capa más profunda de la piel), podemos añadir a nuestros cosméticos ingredientes reafirmantes que ayuden a mejorar el tono y la elasticidad.

Los principios activos más eficaces son los que estimulan la microcirculación de la zona afectada y favorecen la regeneración del tejido, devolviendo así la elasticidad y la tonicidad. En el caso de las pieles flácidas, los ingredientes que se usan son muy similares a las maduras.

Piel flacida

Extractos de plantas reafirmantes y regeneradores

Aceites vegetales

Deben ser ricos en vitaminas y aceites grasos esenciales. Además hay que optar por los que tienen propiedades hidratantes y emolientes y los que estimulan los fibroblastos para la producción de colágeno. Estos son algunos ejemplos:

Aceites esenciales

Lo recomendable es escoger aquellos que actúen como revitalizantes cutáneos. Es el caso de:

Activos para piel flácida

  • Ácido hialurónico: componente principal de los glucosaminoglicanos, retiene agua y rellena los espacios entre células y fibras, de esta manera la matriz extracelular se mantiene invariable e hidratada y en consecuencia la se muestra turgente.
  • Coenzima Q10: antioxidante que previene la oxidación de los lípidos de la piel y la protege contra los radicales libres y los rayos UV. Reduce significativamente el aspecto envejecido, por eso se utiliza en productos reafirmantes y regeneradores.
  • Ceramidas: restauran la barrera lipídica de la piel seca y agrietada. Las ceramidas fijan el agua en la epidermis, disminuyen la aspereza de la piel y la protegen frente a influencias externas.
  • Gaba: es un aminoácido que actúa como relajante muscular, por lo tanto alisa las arrugas finas y líneas de expresión, otorgando firmeza. Proporciona un efecto bótox al instante.
  • Vitamina E: es un excelente antioxidante. Tiene la capacidad de prevenir eritemas solares y la formación de manchas. Destaca por su acción hidratante y mejora el aspecto de la piel envejecida.
  • Alfa hidroxiácidos: favorecen el aumento de la síntesis de glucosaminoglicanos dérmicos y de la sustancia fundamental mediante la estimulación de citosinas. Contribuye a rellenar las arrugas al mismo tiempo que reafirma y flexibiliza la piel, reparando los daños dérmicos. Además, reducen la hiperqueratosis cutánea y folicular.
  • Vitamina C: favorece la síntesis de colágeno, mejorando así el sistema de sostén que protege las membranas celulares de la peroxidación.
La piel con manchas

Piel con manchas

La hiperpigmentación es un problema más común en las mujeres que en los hombres. Aparece en forma de manchas oscuras en la piel y hace que se vea desigual. Suele darse junto con otras afecciones como el melasma y la hiperpigmentación postinflamatoria.

El melasma es la hiperpigmentación que aparece en la cara, especialmente en las mejillas, el puente de la nariz, la frente y el labio superior. La melanina es el pigmento de la piel y es el causante de las manchas. Se puede desencadenar por exposición prolongada al sol, cambios hormonales y anticonceptivos orales.

La hiperpigmentación postinflamatoria ocurre después de una lesión o tras la inflamación de la piel y suele aparecer cuando la herida ha cicatrizado. Suelen ser manchas planas de decoloración y el color varía dependiendo del tono de la piel. Afecta a menudo a personas con acné o tras realizar dermoabrasión, exfoliaciones químicas y terapia con láser.

El caso contrario a la hiperpigmentación es el vitíligo o despigmentación de la piel. Está asociado a episodios de estrés agudo y suele producirse alrededor de orificios naturales del cuerpo como la boca.

La piel con manchas

Lo que necesita la piel con manchas

Lo mejor es protegerse de la radiación solar y es conveniente reforzar la exfoliación, estimulando así la renovación de la epidermis. Se puede optar por una exfoliación química en base a alfa hidroxiácidos o hacer exfoliantes en casa con partículas específicas para ello. Una opción muy recomendable son las partículas exfoliantes de hueso de oliva.

Como el aminoácido tirosina está involucrado en la hiperpigmentación, el tratamiento facial que hagamos debe estar orientado a inhibir su acción. Para ello recomienda utilizar ácido kojico, vitamina o niacinamida.

Como las manchas se pueden dar en todo tipo de pieles se debe seleccionar los ingredientes que mejor vayan a cada tipo de piel y añadir algunos activos que pueden ayudar a tratar la hiperpigmentación. A continuación te mostramos algunos de los más relevantes:

  • Vitamina C: esencial para la matriz extracelular. Es antioxidante y actúa como fotoprotector.
  • Ácido kójico: producto blanqueador con propiedades antibacterianas y antioxidantes.
  • Niacinamida (vitamina B3): tiene acción aclarante, mejora la apariencia de la piel envejecida, hiperpigmentada y dañada por el sol. También reduce arrugas finas y líneas de expresión.
  • Vitamina E: buen antioxidante que se sinergiza con vitamina C en proporción 1:5. Previene eritemas solares y la formación de manchas cutáneas. Además tiene acción hidratante y combate las arrugas y la sequedad.
La piel del bebe

La piel del bebé

La piel de los recién nacidos y menores de 1 año es frágil y fina porque no ha terminado de desarrollar el estrato córneo. Es una piel delgada, lo que implica pérdida de calor y agua, y químicamente es menos ácida.

Al nacer, los bebés están cubiertos por una capa de grasa llamada vermix caseoso o unto sebáceo, que lo protege de infecciones cutáneas, nutre la piel y evita la descamación precoz dentro del vientre materno. Esta capa va desapareciendo conforme se desarrolla el bebé.

Estas particularidades hacen que la piel del bebé sea más vulnerable al entorno y a los patógenos, por eso se debe cuidar con productos suaves y los más naturales posible. De esta forma conseguiremos evitar reacciones o irritaciones.

El pH del manto ácido de la piel se altera de forma transitoria con el baño, se usen jabones o no. Hay que tener en cuenta que el pH del agua es alcalino y la piel, en contacto con ella, cambia su pH durante un tiempo variable. En los primeros días del recién nacido este tiempo puede ser de una hora o más.

Los jabones suaves están formados por micelas grandes que no penetran en la piel. Su pH debe ser siempre inferior a 7 para que su capacidad irritante sea menor. Para lavar la piel del bebé debe usarse un gel de baño especial, libre de tensioactivos iónicos, con un pH neutro y que no irrite los ojos.

Cuidados de la piel del bebe

¿Qué necesita la piel infantil?

A continuación te mostramos los ingredientes que están especialmente recomendados a la hora de formular cosméticos para cuidar la piel del bebé.

Tensioactivos

Para elaborar geles de baño infantiles se debe elegir tensioactivos suaves no iónicos como los derivados de la glucosa (lauril glucosido, decil glucosido) y los anfóteros derivados del coco (cocobetainas).

Aceites vegetales

Deben tener propiedades hidratantes y nutritivas, como:

Humectantes

Son sustancias higroscópicas capaces de retener el agua en la piel. Es el caso de la glicerina, por ejemplo. Se trata de un hidratante intenso, que atenúa la descamación causada por sequedad excesiva.

Extractos de plantas

La piel masculina

Piel masculina

La piel de los hombres suele ser más gruesa y experimenta un adelgazamiento gradual a lo largo del tiempo. Sin embargo, la piel de la mujer adelgaza rápidamente después de la menopausia.

Los hombres tienen un 20% más de elastina y colágeno que las mujeres, por eso su piel envejece más despacio. Además, su piel es más resistente al sol.

Debido a que tienen más sebo, son más propensos al acné y a las espinillas y a tener los poros son más grandes. Por eso, a la hora de hacer productos para hombres hay que pensar en una piel grasa generalmente.

Por ejemplo, a la hora de elegir tus ingredientes puedes optar por aceites que se absorban rápidamente, dejando una sensación ligera y seca. Los más indicados son los aceites y mantecas ricas en ácidos grasos poliinsaturados como babasú, mango, jojoba, uva, borraja… También esteres de ácidos grasos como miristato de isopropilo, que se absorbe muy bien.

Los exfoliantes ayudan a eliminar las células muertas que se acumulan en la epidermis y reducen el acné, de ahí que deban formar parte de una buena rutina de cuidados en la piel masculina. ¡Puedes hacerlos en casa fácilmente con ingredientes naturales!

Como consecuencia del afeitado la piel de la cara suele estar deshidratada y experimenta una mayor pérdida de agua. Por eso, en productos after shave hay que añadir activos antiinflamatorios, hidratantes, cicatrizantes y antisépticos.

La piel y la cosmetica

La piel y la cosmética DIY

Esperamos que este artículo sobre la piel y la cosmética DIY os sea de ayuda a la hora de hacer vuestras elaboraciones. Si tienes alguna consulta no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través del apartado de comentarios o enviando un correo electrónico a support@granvelada.com.

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Acerca de la doctora Yurquina

La doctora Yurquina Martínez es médica general, con posgrado de la universidad de Buenos Aires en clínica estética.

Ha cursado Diplomatura y Máster en medicina Ortomolecular y nutrigenómica

Es miembro de la sociedad española de nutrigenómica y medicina Ortomolecular y miembro de la sociedad española de medicina de precisión.

Actualmente es CEO del centro médico “Aruna medicina anti envejecimiento” y es docente del curso el “ABC de la medicina Ortomolecular”.

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